Mi filosofía de trabajo

Hay muchas y aceptables formas de tratar la enfermedad mental. Yo, para empezar, dejo de llamarlo enfermedad o trastorno. Intento apartarme de las etiquetas porque en la salud mental cada individuo es diferente y la forma de sufrir también. Realizo una primera sesión de evaluación donde conozco a la persona y su sufrimiento. Propongo un plan terapéutico que puede combinar farmacoterapia con psicoterapia o tan solo psicoterapia dependiendo de las necesidades de la persona. Con ese plan, el paciente/cliente se va a casa a reflexionar y decide si el plan es el adecuado o no. Y vuelve a llamarme. A partir de ese momento, la relación terapéutica se establecerá y se trabajará en el ritmo y la frecuencia que sean necesarios.

La terapia no debe iniciarse solo desde un estado de sufrimiento. A todas las personas nos puede ayudar para conocerse a uno mismo, descubrir al otro del otro, lograr mayor bienestar y entendimiento de las circunstancias vitales y aporta herramientas nuevas en nuestro maletín de recursos de vida.

“En mis primeros años profesionales me hacía esta pregunta: ¿Cómo puede tratar, curar o cambiar a esta persona? Ahora formularía la pregunta de esta forma: ¿Cómo puedo proporcionar una relación que esta persona pueda usar para su propio crecimiento personal?”- Carl Rogers-.

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